Por Juan Tomás Valenzuela
En el mundo de Marchena,
que es un mundo paralelo,
donde comer es primero
nada más pa’l que está en buena.
Las cajitas de la cena
que reparte el danilismo,
vienen llenas de cinismo,
de miseria y de escazez,
pues para ellos la estrechez
no es nada más que un sofismo.
«Aquí somos los primeros
en crecimiento sostenido»,
suele decir un lucído
que cobra como banquero,
sin embargo el reperpero
que ha armado la población,
corriendo trás del camión
que reparte las canastas,
muy claramente contrasta
con el informe en cuestión.
Lo único que ha crecido
en las manos de esta gente,
es la fila de indigentes
que anda detrás de un partido,
que solo ha contribuido
a incrementar su pobreza,
haciendo indelicadezas
con los fondos de un estado,
que haberlo desvencijado
es su más grande proeza.
21 diciembre 2017